jueves, 18 de octubre de 2012

Canito, el único fotógrafo.

Publicado por José Manuel Roca
Manolete acompañado de Lupe Sino, por Paco Cano.
La novia de Manolete / ya no lleva más collares / porque Manolete ha muerto /
en la plaza de Linares. Juan Solano

Manolete, Gitanillo de Triana II y Luís Miguel González Dominguín; ese era el cartel. Islero, de 495 kilos, de la ganadería de D. Eduardo Miura, color negro entrepelado y bragado, con el número 21, fue el quinto toro de la corrida y segundo del lote de Manolete el 28 de agosto de 1947, en la plaza de toros de Santa Margarita de Linares. Sólo un fotógrafo en la plaza.
Un fotógrafo que con 17 años quiso ser boxeador del peso mosca, para después hacerse espontáneo y tirarse al ruedo en una novillada yendo a parar al calabozo. Por fin pudo participar en algún festejo y sufrir alguna cornada. Durante la Guerra Civil se fue a Madrid y sigue deseando ser torero, pero cayó en sus manos una Kodak Brownie y eso lo convirtió en fotógrafo para siempre. Luego se hace más exigente y se agencia una Leica y sigue aprendiendo de toros y de fotografía.


Con la posguerra llegaron más tardes de fotos y toros y una en especial. Paco Cano, Canito, es el único fotógrafo en la plaza. Manolete cuadra al segundo de su lote y Francisco Cano empuña la cámara. Entró a matar el diestro cordobés y Paco apretó con rabia el disparador. 
Tiempo después Paco bebió y comió como un rico con los famosos a los que fotografiaba. Hemingway, Don Ernesto para los banderilleros y picadores, fue compañero de borrachera de Canito en Pamplona. Y Ava Gardner, con la que se dice compartía alguna que otra copa en los callejones de las plazas de toros, estuvo privilegiada por las lentes del fotógrafo. Y fotografió a Orson Welles, que lucía una cicatriz que, según el propio Welles, se debía a una herida por asta de toro. Y fotografió a Franco y a Gary Cooper y a Lola Flores y a tantos otros. Y con muchos de ellos se fotografió y departió.

La cornada mortal, por Francisco Cano, «Canito». El fotógrafo Francisco Cano captó la trágica cogida de Manolete por el miura Islero en la plaza de Linares (28-8-1947).

Pero lo que estampó de forma indeleble su carrera fue aquella tarde de 1947. El maestro marcó despacio, demasiado, todos los tiempos de la suerte suprema, se perfiló cerca del toro, lió la muleta, arrastró el pié izquierdo y fue clavando poco a poco la espada en todo lo alto. Demasiado tiempo, suficiente para que el de Miura lo enganchara por el derecho. Manolete en el suelo mientras Islero se fue a doblar a las tablas. Paco apretó con rabia el disparador una y otra vez y siguió disparando en el ruedo, en la enfermería, en el hospital. Pasó con él una hora en la habitación porque el matador postrado había tenido un disgusto con la familia, que Canito no ha querido contar nunca. Su cámara captó, fotograma a fotograma, la tragedia de Manolete en Linares, fotos que siguen dando la vuelta al mundo hoy.

Con 99 años de edad Francisco Cano Lorenza supera una delicada operación de cadera realizada en el hospital Basurto, después de una caída que sufrida el 23 de agosto de 2012 al salir del hotel en el que se alojaba. Canito se disponía a fotografiar las Corridas Generales de Bilbao. Sólo mes y medio después, el 9 de octubre, Paco Cano volvió al ruedo de Valencia con su cámara al cuello. Sentado en contrabarrera de sombra y acompañado de un equipo de televisión que preparaba un reportaje sobre él.






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